Sin querer hacer sangre acerca de lo acontecido la semana pasada en lo relativo a la gota fría en el litoral Mediterráneo, se ha vuelto a ver que CaixaBank no ha dado la talla.
No culpamos a CaixaBank de las lluvias torrenciales, ni al desbordamiento de los ríos, ni que las las calles parecieran ramblas, pero si lo hacemos por la escasa, más bien nula preocupación por sus empleados, como decíamos en «Cinismo nivel Dios«.
Ninguno de sus directivos ha estado a la altura: ni DT’s, RRHH, DC’s, DAN’s… siendo éstos el reflejo de cómo es esta empresa:
Sin Alma.
¡A lo mejor por eso hemos cambiado de lema!
Cualquier tiempo pasado fue mejor
Cualquier tiempo pasado, siempre fue mejor. Es triste pero cierto. Cualquier época pasada en esta empresa siempre fue mejor que la actual, y no lo decimos por:
- La presión desmedida, que hace el día a día de las oficinas muy difícil de llevar, aunque los empleados se superan cada día, y llevan a la empresa cada vez a cotas más altas.
- Las medidas traumáticas que la empresa nos plantea año sí y año también, como DVI’s unilaterales (con la columpiada posterior que les hizo rectificar); con un ERE cada 3 años, el cual es cubierto siempre muy por encima de las necesidades (lo que explica la desafección de los empleados y su hartazgo).
- El intento de negociaciones de acuerdos sin vencimiento que les son lesivos (denuncia del acuerdo de préstamos), y otros ejemplos más.
- El papel mojado en el que se han convertido los acuerdos que firman. Cualquier resquicio semántico es utilizado para «manipular» lo acordado.
- La política del látigo y la zanahoria instaurada desde hace unos añitos, mediante la cual, con la excusa de unos miles de euros de premio, se exige a las oficinas un nivel de producción difícil de mantener en el tiempo.
- La visión cortoplacista del negocio. Hoy te premian si vendes en campaña un Samsung Note S10, pero si no está en campaña, no cuenta. El negocio tradicional es denostado, salvo si va a comisión (mucha comisión).
- La poca seriedad a la hora de pagar incentivos, la discrecionalidad de los bonus,… Por fin, ya están regularizados la mayor parte de los incentivos, aunque de alguna campaña no se ha vuelto a saber nada.
- El mal-trato a los empleados ante cierres e integraciones, siendo en muchos casos, los últimos en conocer los hechos.
- El doble mensaje que se envía al accionista y al empleado, en el que para el primero, todo es fantástico, y para los empleados, todo es catastrófico. Leer la justificación del ERE que la empresa adjuntaba a cada desvinculado, era para echarse a llorar. O mejor, ¡para salir corriendo! Este doble mensaje está siendo utilizado actualmente para amenazar a la plantilla.
Cualquier persona que haya estado fuera
de CaixaBank un par de años, y vuelva,
no la reconoce
Hay muchos más casos, éstos solo son unos ejemplos. Lo decimos porque el empleado ha dejado de importar a CaixaBank. Cada vez tenemos más claro que somos un número, CaixaBank se ha deshumanizado!! Es una pena, pero, el anterior Presidente de CaixaBank no nos iba a durar toda la vida.
¡Tanto vendes, tanto vales!
Las grandes empresas las hacen las personas que la forman. Las personas somos sentimientos.
Todos debemos estar implicados en la salud de la empresa.
Lamentablemente, la salud de la empresa, para la direccion no siempre es la salud y el bienestar de sus empleados. Error y gordo.
Si defiendes que el ESFUERZO y la ETICA están por encima del resultado, estás cometiendo un gran e infantil error: ¡lo que cuenta es el RESULTADO!, además con el grave error añadido de que cuenta, como muy bien dices Rafa, el corto plazo.
Como en una casa, el buen hacer se consigue con el ejemplo de los mayores.
En Caixabank, algunos «jefes» (afortunadamente hay excepcion, hay también muy buen profesional con valores de «lider»), no sabe, seguro, si los valores de la institucion son 2, 3,…., e igualmente no sabrán si los principios de actuacion son ¿3, 4, 5…?, ¡y menos cuales son!. Y, claro, el ejemplo no es precisamente su rasgo principal.
Alguna vez lo habeis divulgado: la Caixa y CaixaBank, dos mundos….