¡En CaixaBank lo queremos tó!

¡En CaixaBank lo queremos tó!

Hace unos días, el nuevo responsable de negocio nos indicó en un video corporativo, también lo está haciendo en un roadshow que está haciendo por todas las DTs, que «la cosa ha cambiado«,«que el cliente vuelve a ser el centro», etc.

¡Pues todo ha cambiado,
pero la cosa sigue igual!

La red de oficinas ve con estupor que ante la salida de un producto de inversión, el Fondo Inversión Deuda Pública España-Italia, primer producto en años que tiene una rentabilidad «decente» en el mercado, la contratación se supedita a que sea «con dinero nuevo».

 

No vale ganar un 0,6% de comisión explícita con la suscripción del fondo, cuando nos conformábamos con mucho menos hace unos meses,  sino que ahora lo queremos TÓ.

Como dice la canción de Queen, «I want it all, and i want it now».

¡Tó el Euribor pá nosotros!
Y lo peor es que se informa a las oficinas un día después de su emisión, un día después de que se haya contactado con miles de clientes…
¿Y qué ha pasado con tantos años sin remunerar el pasivo a nuestros clientes?

Los argumentos son de primero de banca:
«perdemos dinero»

¡Más bien, lo dejamos de ganar!

Desde hace más de 10 años con tipos negativos, el Euribor se sitúa por encima del 3% interanual, lo que implica que los miles de millones de euros que tenemos en hipotecas y otros tantos de recursos a la vista/ahorro, empiezan a generar ingresos, ¡y no pocos!

Pero a esta «nueva CaixaBank», ambiciosa a más no poder, no le vale, quiere también no remunerar los pasivos, además de no renunciar a la venta de «cacharrería varia».

Esto no está haciendo más que las oficinas tengan problemas con sus clientes, clientes a los que ya se les ofreció el producto, clientes que ven de nuevo como «CaixaBank les vuelve a fallar».

Sres. de la Dirección,

¡Sus cambios tienen que llegar ya!

Los clientes están más que hartos del trato que les damos.
Primera en la frente de los clientes y de los empleados en menos de una semana, desde que nos dijeron que los «cambios iban a cambiarlo todo».
Lo que no nos dijeron es que, «todo seguiría igual.

Reaccionen ya porque este barco sigue a la deriva.

 

 

RAFA MANRESA
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