Ridículo con los clientes citados este nefasto 21
de febrero de 2019 para la preventa del Samsung S10.
Hemos puesto a «las personas en el centro» y les
hemos hecho perder el tiempo de forma miserable.
Les hemos escuchado (sus quejas y reclamaciones), hemos hablado con ellos (para calmar sus ánimos) y hemos hecho (ejecutado ventas y mantenido viva la acción comercial).
Todo esto, en medio del caos más absoluto con la web Promocaixa colapsada.
Vergüenza ante propios y extraños. Este fue el sentimiento experimentado por la plantilla, agravada por unos directivos que a las 18:30 exclamaban -¡Ya funciona! ¡Ahora a reventar! y sin los clientes presentes….¡No pasa nada, ya firmarán!
Humillación, la sentida por la plantilla que ha estado durante semanas sufriendo las embestidas de esos mismos directivos que, de manera obsesiva y convulsiva, pretendían y pretenden que el primer día, a primera hora, hubiera dos móviles por empleado (cuando no tres). A costa de lo que sea y de quien sea, incluyendo la incitación a prácticas comerciales nada ortodoxas.
Y todo esto ¿Por qué? ¿ Y para qué?
La política del codazo para situarme en el ranking.
Por ello, y quizás por los incentivos, se está en permanente disposición para ridiculizar, avergonzar y humillar a una plantilla que efectivamente está en el centro, pero de la falta de respeto hacia ella.
La obsesión enfermiza del ranking pone a los empleados en el centro, está vez como causante de la pérdida de reputación y de los riesgos legales que las malas prácticas comerciales incentivadas desde arriba conllevan.
Escuchar, hablar y hacer
solo lo hace la plantilla.
Este modelo comercial es dañino y perverso y tiene éxito a costa del descrédito de la Entidad y del tormento sufrido por los empleados.