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Cuentos de Navidad: Los Hunos…y Los Otros

Da el parón navideño en la Ciudad para la conjetura,
el análisis y la desesperación…

Y es que, por más vueltas que le damos, no vemos hacia dónde vamos…
y nos preocupa.

 

Nos preocupa que:

Que un Plan Estratégico a cuatro años recién estrenado
se haya incumplido en su primer semestre de vida

Que el modelo de negocio sea un sinsentido que
no es ni modelo ni nos da negocio

Que se gasten cantidades inmundas de dinero en la apertura de oficinas Store que no satisfacen ni a clientes, ni a accionistas ni a empleados… todo ello sin que se sepa cuánto más negocio se genera con este modelo de oficinas sobre el ‘modelo anterior’. Y si se sabe no lo cuentan, y si no lo cuentan será por algo.

 

Y es que, a riesgo de ser pueriles, una reflexión ‘a bulto’ nos dice que los números no pueden salir: pago de alquileres astronómicos, reformas faraónicas, locales cerrados sin vender, penalizaciones por incumplimiento de contratos de alquiler y una oficina de 3000 m2 en la que se oye el silencio…

¿Reducción de
costes operativos?

Y los empleados aguantando las genialidades de sus capataces para vender lo invendible… Y los clientes, los mismos, pero cansados de que les apabullen y les obliguen a cambiar sus hábitos.

Estas lindezas ocurren en un mundo, al que llamaremos el de Los Hunos. Los Hunos, que remataron el Imperio Romano. Y luego está el otro mundo, el de Los Otros.

Los Otros torturan los números para que salgan, practican la contabilidad creativa, recortan, pintan y colorean planes estratégicos, intentan convencer a mercados y supervisores, hacen road-shows, presentaciones de resultados y webcasts, e intentan moderar la vorágine de las hordas bárbaras.

Los dos mundos son realidades paralelas que, 
no solo no convergen, sino que cada vez parecen estar más lejos.

Para Los Hunos, «los vivos» son ellos…
y Los Otros simplemente están ahí.

Y nos da miedo que esto acabe como en la película de Amenábar, en que la diferencia entre los dos mundos no era obvia, y los que se pensaban que eran los vivos creían que los muertos eran Los Otros, cuando la realidad era justo la contrario.

 

CRISTINA B.