En estos días estamos siendo testigos de lo fácil que es llegar al esperpento cuando es nuestra propia Dirección Territorial de Andalucía Occidental la que toma la iniciativa y

solicita la realización de
Auditorias Comerciales

entre oficinas, como ha pasado en Sevilla y como forma cómoda de lavar sus propias vergüenzas y dando una vuelta de tuerca más a la plantilla.

Como en una mala película de serie B, han abierto la puerta a la «caza de brujas», esperando dar ejemplo mientras ellos, en reuniones, correos, links, livemeetings… proponen y presionan para reactivaciones de seguros a «volapie», ventas para «ya» con una simple llamada sin el cliente presente, etc.  pues pesa más la silla y el premio de la campaña de turno que el apego a la norma.

El cinismo es tal que, si en el ejercicio de tu derecho a la réplica en una auditoría, tus argumentos pueden salpicar a algún DAN, DC o DT,  ya sea la sanción grave o no,  puedes terminar sufriendo un efecto colateral no previsto: el cese del cargo, aunque no haya recibido en todo este tiempo ningún feedback negativo, hayas sido referente hasta hace dos días, hayas recibido numerosas felicitaciones, te hayan elegido como formador, etc.

Estamos entrando en juego peligroso pues no hay una tabla para baremar estas resoluciones tras una auditoría y hay hueco a criterios subjetivos que pueden llevar a tomar decisiones opuestas en situaciones similares.